Siempre que se pueda, es necesario aprovechar la actividad del vestido, como parte de rehabilitación, con aquellas personas que pueden colaborar.En mi trabajo cotidiano, veo constantemente las dificultades que tiene el familiar o cuidador para vestir y desvestir al paciente, generalmente cuando son personas grandes, y difíciles de manejar.
Entre las dificultades importantes para esta actividad está, el peso, la postura, el miedo, etc.
El peso del paciente, muchas veces es mayor que la persona que lo maneja.
La postura rígida que tiene el paciente hace imposible vestirlo sin ejercer fuerza sobre él.
El miedo es una variable importante en esta actividad, la ropa es protección para todas las personas.
En los pacientes neurológicos, hay que tener en cuenta el miedo que puede producir el ser despojado de su ropa, es la indumentaria la que le trasmite información, lo separa de otras texturas.
Con la evaluación previa del paciente y de su ropa habitual se pueden diseñar sobre las mismas las diferentes soluciones, que facilitaran la actividad de vestido en personas con posturas severas.
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